Felipe IV fue rey de las coronas de Castilla y Aragón. Nació el 8 de abril de 1605 en Valladolid. Hijo de Felipe III y de su esposa Margarita de Austria. Felipe IV llegó al trono a la muerte de su padre. Desde los diez años de edad, fue confiado a los cuidados de don Gaspar de Guzmán (conde-duque de Olivares), que le inculcó el amor a los placeres; por lo que, nada más ser proclamado rey, dejó el Gobierno de sus Estados en manos de don Gaspar, a quien nombró primer ministro, para dedicarse él a la caza, las diversiones y amoríos palaciegos. Olivares se deshizo rápidamente de todos los que habían participado en el Gobierno del reinado anterior; hizo morir, en el patíbulo, a Rodrigo Calderón.
Guerra con los países bajos
En 1621, concluyó la tregua de doce años con los Países Bajos, y se reanudó la guerra; el ministro francés Richelieu alentaba esta guerra con el fin de debilitar el poderío de la Casa de Austria; también ayudaban a los holandeses Dinamarca e Inglaterra. El marqués de Spínola consiguió ciertas victorias, entre las que se halla la rendición y toma de la ciudad de Breda en 1626 (motivo del cuadro de Las Lamas, de Velázquez). Habiendo muerto Spínola, lo sucedió, en la dirección de esa guerra, el conde de Berg, quien, después de una serie de conspiraciones, fue destituido; lo sucedió el marqués de Santa Cruz, que perdió la plaza de Maestrich en 1632; tras una serie de acontecimientos desfavorables para España, Felipe IV reconoció la independencia de las provincias unidas de Holanda el 5 de junio de 1648 en la Paz de Westfalia; en esta paz, también se puso fin a la guerra de los Treinta Años, en la cual había participado España apoyando a Fernando II; las negociaciones terminaron el 24 de octubre de 1648, y se firmó el tratado de paz en la sala del Consejo de la Casa Consistorial de Munster (ciudad alemana de la provincia prusiana de Westfalia).
Enfermedades y guerras internas
Por otra parte, entre 1629 y 1630, tuvo lugar la “peste milanesa”, que afectó a las costas del Mediterráneo, causando numerosas muertes; y, en 1647, otra peste se extendió por los mismos lugares: la ciudad de Valencia perdió el 20 % de su población, y Sevilla, la mitad de sus habitantes. Por culpa del conde-duque de Olivares, comenzó una guerra en Cataluña en junio de 1640 contra el ejército de Felipe IV, que venía de luchar contra los franceses en el Rosellón; los catalanes se declararon independientes pidieron ayuda a los franceses y nombraron conde de Barcelona a Luis XIII de Francia, quien los ayudó con hombres y dinero. La guerra duró hasta octubre de 1652; Felipe IV concedió, a Cataluña, sus antiguos privilegios. Por otra parte, unos meses después de haber comenzado esta guerra, el conde-duque de Olivares mandó a los portugueses que fueran a ella; esto dio lugar a que estallara una insurrección en Lisboa el 1 de diciembre de 1640; los conjurados proclamaron rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV, quien marchó desde Villaviciosa a Lisboa, donde fue coronado con gran solemnidad; en seguida fue reconocido por las Cortes europeas a excepción de Roma. Los españoles recurrieron a las armas; pero los portugueses ayudados por los franceses y, después, también por los ingleses, consiguieron la ruptura con la Corona de Castilla. En enero de 1643, el conde-duque de Olivares perdió el poder; lo sustituyó su sobrino Luis Méndez de Haro.
Guerra con Francia
A pesar de la paz de Westfalia, el ministro francés Mazarino, que sucedió a Richelieu, exigía que España entregara, a Francia, ciertas ciudades de los Países Bajos, el Franco-Condado y el Rosellón por lo que se entabló la guerra con Francia; esta guerra terminó en 1659 con la Paz de los Pirineos, mediante la cual, España cedió, a Francia, los condados del Rosellón Conflanc, Artois y muchas plazas en Flandes; además se acordó que el rey francés Luis XIV, se casaría con María Teresa, hija primogénita de Felipe IV previa renuncia de ella (para sí y para su descendencia) a la sucesión de las Coronas de Castilla y Aragón. Felipe IV murió el 17 de septiembre de 1665 en Madrid, habiendo dejado por testamento, heredero suyo a su hijo Carlos; y excluyendo, como herederos a los hijos de María Teresa.
Matrimonios y descendencia de Felipe IV
En 1615, se concertó el matrimonio de Felipe IV con Isabel de Borbón (1603-1644, hija de Enrique IV de Francia y de su esposa, María de Médicis); este matrimonio se consumó el 25 de noviembre de 1620; de él nacieron: Baltasar Carlos (muerto a los 14 años de edad), María Teresa (casada con Luis XIV de Francia) y varios hijos más muertos en la infancia. En 1649, Felipe IV se casó, en segundas nupcias, con Mariana de Austria (1634-1696, hija del emperador Fernando III y de su esposa, María Ana de Austria). Mariana había sido prometida, en 1648, al príncipe Baltasar Carlos (hijo de Felipe IV); pero, por muerte de éste, no se pudo consumar el matrimonio por lo que, al año siguiente, se casó con ella Felipe IV; de este matrimonio nació Carlos II y Margarita (casada con Leopoldo I de Alemania). Por otra parte, Felipe IV dejó también varios hijos naturales, y a Juan José de Austria, hijo bastardo (nacido en 1629 y muerto 1679), habido de sus relaciones amorosas con la comedianta María Calderón (La Calderona). De este rey, se dice: “Como Rey Católico terna derecho a entrar en los conventos de clausura y a veces, prendado de una hermosa monja, ordenaba que se la preparasen en la cama ataviada con un vestido azul y blanco de Inmaculada Concepción.”. En medio de tanta decadencia y relajación de este reinado, las Letras y las Artes alcanzaron un gran esplendor; florecieron en esta época: Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Ruiz de Alarcón, Rojas, Góngora, Gracián, Rodrigo Caro, Quevedo, Velázquez, Murillo, Ribera, Zurbarán, Montañés, Alonso Cano, etc.