Manuel Azaña Díaz fue el Segundo Presidente de la Segunda República. Nació el 10 de enero de 1880 en Alcalá de Henares (Madrid). Cursó la carrera de Derecho en Madrid y París. Su actividad se repartió entre la política y las letras. Entre 1913 y 1920, fue secretario del Ateneo de Madrid, del cual llegó a ser Presidente en 1930. Hacia esa misma fecha, ingresó en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación como académico numerario, donde, en 1933, ascendió al grupo de los académicos profesores (académico profesor sólo era un rango; pero no tenía nada que ver con ser profesor); esto lo explicó, quien fuera el secretario de esa Academia cuando ocurrieron esos hechos, y conoció personalmente a Azaña en ese lugar por causa de su trabajo. Todo esto también está de acuerdo con el artículo 8º del Reglamento de dicha Academia. Por esas mismas fechas, Azaña también era jefe de administración en el Cuerpo facultativo de la Dirección General de los Registros y del Notariado; así como secretario general del Instituto de Derecho comparado. Por otra parte, fue director de las revistas La Pluma, España, y colaborador en otras publicaciones nacionales y extranjeras; además publicó varias obras y recibió, en 1926, el Premio Nacional de Literatura.
Carrera política
Al advenimiento de la Segunda República, formó parte del Gobierno provisional, como ministro de la Guerra; sin abandonar esta cartera, pasó a ser también presidente del Gobierno el 14 de octubre de 1931 (al dimitir ese cargo Alcalá Zamora, para ser proclamado presidente de la República), cargo que dimitió el 8 de septiembre de 1933. En las elecciones generales del 19 de noviembre de ese mismo año, ganó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), mientras que el partido de Azaña, Acción Republicana, sólo obtuvo cinco diputados; así que, pocos meses después, el 2 de abril de 1934 fundó el partido Izquierda Republicana, bajo su presidencia. En tomo a este partido, se formó el Frente Popular (coalición electoral formada por varios partidos de izquierdas), que obtuvo el triunfo en las elecciones del 16 de febrero de 1936, con lo cual Azaña llegó a la jefatura del Gobierno el día 19 de ese mismo mes. Tras la destitución de Alcalá Zamora como Presidente de la República el 7 de abril de 1936, fue elegido Azaña el 10 de mayo siguiente para sustituirlo. Entonces se empezó a aplicar con rapidez el programa de reformas del Frente Popular: se liberaron los presos de octubre de 1934 por medio de una amnistía; se abrió el Parlamento Catalán, que volvió a elegir como presidente a Companys, y volvió a funcionar la autonomía catalana; las Cortes empezaron a preparar el Estatuto Vasco de Autonomía. Se decretó que se entregase a los yunteros el uso y disfrute de las tierras que habían utilizado años antes. Se autorizo al instituto de Reforma Agraria que ocupara cualquier finca (con carácter provisional) que se considerase que era de utilidad social. Las relaciones laborales se enrarecieron ante la actitud de los sindicatos y de los mismos obreros; muchos pequeños patronos empezaron a cerrar sus empresas. La extrema derecha recurrió a la violencia callejera. La conflictividad agraria era grande y fue creciendo. En la provincia de Badajoz, como no se acababa de entregar las tierras a los yunteros, más de 60.000 de éstos las ocuparon; el Gobierno aceleró los trámites de expropiación de esas tierras: la tierra para quien la trabaja, se decía; hubo enfrentamientos con muertos entre la Guardia Civil y los campesinos. La violencia aumentaba con asesinatos de ambos bandos. El Congreso aprobó un programa de organización de la sociedad, con la semana de treinta y seis horas de trabajo; la expropiación sin indemnización de las fincas mayores de cincuenta hectáreas, etc. El Estatuto de Autonomía del País Vasco estaba casi todo aprobado por el Parlamento, cuando Galicia en un referéndum del 28 de junio de 1936, también decidió su autonomía, el 31 de octubre de 1936 (ya en plena guerra civil), las Corte, se aprobó el Estatuto de Autonomía del País Vasco.
La violencia seguía aumentando; un comando de extrema derecha dio muerte al teniente de asalto José del Castillo al salir este de su casa el 12 de julio de 1936; la replica tuvo lugar al día siguiente; a las 3:00 a.m., se presentaron en el domicilio de José Calvo Sotelo (lidere político de la Derecha), calle Velázquez, 89, Madrid, un grupo de unos veinte guardias de Asalto mandados por el capitán de la Guardia Civil, Cónde y se lo llevaron al Cementerio del Este, en el camino fue asesinado. Dos sepultureros cómplices debían estar esperando para enterrar el cadáver clandestinamente en la fosa común, a fin de que no quedase ningún rastro del crimen; pero algo fortuito hizo que aquellos dos cómplices no aparecieran, por lo que el capitán Condé entregó el cadáver a los sepultureros de guardia (quienes nada sabían de lo sucedido) diciéndoles que se trataba de un sereno que había sido asesinado en una calle de Madrid. Los familiares y amigos del difunto no pudieron hallar el cadáver hasta las doce horas de la mañana de ese día 13 de julio de 1936. La mecha estaba encendida. La conspiración militar de varios generales, que venía fraguándose de tiempo atrás estaba preparada para actuar, y dio comienzo a la guerra civil en Melilla el viernes 17 de julio de 1936. Al día siguiente, dimitió el presidente del Gobierno Casares Quiroga (desde el 14 de abril de 1931 hasta esta fecha, 18 de julio dé 1936, hubo dieciséis Gobiernos en la Segunda República); entonces, por encargo de Azaña, formó otro Gobierno José Giral, para enfrentarse a esta guerra que acababa de comenzar, la cual terminó el día 1 de abril de 1939. Azaña, que, el 15 de abril de 1936. Azaña marchó a Francia el 4 de enero de 1939 y, el 27 de febrero de ese mismo año, mandó su dimisión como Presidente de la Segunda República a Martínez Barrio, Presidente de las Cortes. Azaña murió el 3 de noviembre de 1940 en Montuban (Francia).