García Sánchez I fue rey de Navarra. Hijo de Sancho Garcés I, a quien sucedió bajo la tutela de su madre, la reina Tota y de su tío, Jimeno Garcés. Jimena (hija de Sancho Garcés I y hermana de García Sanchéz I) estaba casada con el rey Alfonso IV de León; por esta causa intervino Navarra en las guerras civiles del reino de León al morir Fruela II; esta intervención ayudó a triunfar a Alfonso IV el Monje.
Al morir Ramiro II, rey de León, estalló otra guerra por la sucesión. La reina Tota intervino para poner en el trono a su nieto Sancho, hijo de Urraca (hija de la Tota y segunda esposa de Ramiro II); la lucha se entabló contra el hermano de Sancho I, Ordoño III, quien se hizo con el trono de Asturias y León; luego fue sucedido por Sancho I, que fue destronado por Ordoño IV el Malo en el 958; otra vez intervino la Tota, que fue a la corte del califa de Córdoba, para pedirle ayuda. Abderrahmán III intervino y fue destronado el usurpador Ordoño IV el Malo, y colocado otra vez en el trono Sancho I el Craso. En el 962, se alió García Sánchez I con los catalanes y castellanos contra Alhacam II; pero fue derrotado el navarro por el gobernador musulmán de Zaragoza, que le arrebató Calahorra y le obligó a pedir la paz, que mantuvo hasta su muerte en el 970. García Sánchez I estuvo casado con Andregoto Galíndez, hija de Galindo Aznárez (conde de la tierra de Jaca, llamada también Aragón), lo que dio lugar a la unión del condado de Jaca (Aragón) con Navarra en el reinado siguiente.
